En guitarra flamenca, el término “lamento” no es un palo en sí mismo, sino un recurso expresivo.
Podemos definirlo como:
Un pasaje melódico cargado de tristeza o quejido, donde el guitarrista busca transmitir dolor, nostalgia o desgarro emocional, generalmente con notas largas, tensiones disonantes, ligados descendentes y un fraseo más libre, a menudo inspirado en el cante.
Características del lamento en guitarra flamenca: Carácter expresivo: Busca imitar el quejido humano (como el del cantaor).
Fraseo libre: Muchas veces se interpreta en rubato, sin seguir estrictamente el compás.
Recursos técnicos:
Ligados descendentes (simulando el “ay” del cante).
Glisandos y portamentos.
Apoyos lentos con pulgar para acentuar notas graves.
Modos: Suele basarse en el modo frigio o variaciones que generan tensión.
Ubicación: Aparece al inicio de falsetas, en interludios o en solos introspectivos.
En esencia, el lamento es la traducción a la guitarra del quejío del cante, un momento en el que el tocaor deja de ser mero acompañante y se convierte en narrador emocional.