introduccion

Guitarra-flamenca.es

La guitarra flamenca no se enseña. Se vive. Se duele. Se arriesga.

Esta plataforma nace como respuesta a una pérdida. La del alma del flamenco. La de sus espacios naturales. La de su verdad.

Hoy el flamenco es presentado como producto turístico, espectáculo de exportación, diploma académico. Pero ya no escuece, ya no compromete, ya no quiebra. Se ha vuelto eficiente, fotogénico, institucional. Y por eso, irrelevante.

Porque se ha olvidado —o se ha querido olvidar— que el flamenco se hizo grande no por sus discos ni por sus teatros, sino por lo que lo sostenía: una forma de vivir. Un mundo contradictorio, familiar, marginal, vibrante. Donde el arte se colaba por las grietas de la vida real. No por los márgenes de un folleto turístico.

Aquí no vamos a celebrar lo que *se ve* del flamenco. Vamos a recordar lo que ya no se ve:

  • Las tabernas, donde se cantaba sin luces ni aplausos programados.
  • Las fiestas, donde el compás no se contaba: se compartía.
  • La guitarra como herida, no como herramienta profesional.
  • El cante como desahogo, no como currículo.

El flamenco, al ser universalizado, ha sido domesticado. Ahora entra en festivales internacionales, en ciclos subvencionados y en teatros con butaca numerada. Pero ha perdido su verdad.

  • El cante ha sido sustituido por el “show”.
  • La guitarra por el virtuosismo hueco.
  • El duende por la marca personal.
  • El tablao por el “tablao experience”.
  • El barrio por el algoritmo.

Lo que se presenta hoy como flamenco es, en demasiados casos, una réplica elegante de algo que ya no se entiende pero que aún se puede monetizar.

Un archivo en construcción, crítico, incómodo, parcial y necesario.

  • Reflexiones sobre la pérdida del alma del flamenco.
  • Denuncias de espectáculos vacíos y falsamente “auténticos”.
  • Críticas a la academización del arte jondo.
  • Memoria de las formas de vida que lo sostenían.
  • Y, sobre todo, un esfuerzo por mantener vivo lo que ya no cabe en los escenarios.

A quien sienta que algo se está perdiendo. A quien alguna vez escuchó una guitarra que dolía de verdad. A quien se pregunta por qué ya no suena igual. Y a quien no está dispuesto a aplaudir lo que solo es decorado.

guitarra-flamenca.es no es un museo. Es un rescate. Una advertencia. Y, si se puede, una resistencia.

Porque el flamenco sin alma no es flamenco. Y el duende, si se traduce, desaparece.

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  • Última modificación: 2025/07/21 22:07
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